La segunda gran fase del Período Predinástico, La Cultura Nagada, recibe su nombre del yacimiento de Nagada, en el Alto Egipto, donde en 1892 Flinders Petrie que fue un importante egiptólogo británico, pionero en la utilización de un método sistemático en el estudio arqueológico. Ocupó la primera cátedra de Egiptología en el Reino Unido, y realizó excavaciones en las zonas más importantes de interés arqueológico de Egipto, como Naucratis, Tanis, Abidos y Amarna … descubrió un basto cementerio de mas de tres mil tumbas.

Los Arqueólogos dedicados al Antiguo Egipto se han criado acostumbrados a la arquitectura funeraria monumental; pero los humildes enterramientos de Nagada, consisten en poco mas que el cuerpo del difunto en posición fetal, envuelto en unas piel de animal, en ocasiones cubierto también por una estera, es decir una pieza de tejido grueso y áspero, y la mayoría de la veces depositados en un sencillo agujero excavado en la arena. «Ninguna de las ofrendas funerarias que acompañaban al difunto se correspondían con los rasgos característicos de la cultura faraónica.

Cronología y Geografía
Tras establecer que las tumbas eran predinásticas, su siguiente tarea consistió en organizar la considerable cantidad de material excavado y situar la recién definida cultura predinástica dentro de un marco cronológico. Utilizando la cerámica de novecientas tumbas de los cementerios de Hiw y Abadiya, Petrie inventó un sistema de seriación que formó la base de un sistema de «Sequence Date» es decir, fechas secuenciales.
El resultado fue una tabla con cincuenta fechas secuenciales, numeradas desde la treinta en adelante para permitir incorporar las culturas más antiguas que todavía no se hubieran descubierto. Como resultado la posterior identificación del período Badariense, la primera etapa del predinástico del Alto Egipto, donde la única conexión con una fecha absoluta era el ascenso al trono del rey Menes al comienzo de la primera dinastía que se situaba en el 3000 Antes de Cristo, las fechas secuenciales de Petrie se agruparon en 3 períodos. Primero Amraciense o Nagada primero, nombre que recibió del yacimiento tipo de El Amra, esta fase se corresponde con el desarrollo máximo de la cerámica roja de borde superior negro y de los recipientes rojos pulidos con motivos decorativos blancos pintados. En segundo lugar se encontraba el Gerzense, O Nagada Segundo, a partir del yacimiento del Gerza, y se caracteriza por la aparición de la cerámica de asas onduladas, la cerámica tosca de uso diario y unos motivos decorativos realizados con pintura marrón sobre un fondo color crema. Por Ultimo se encontraba Nagada tercero, señalada por la aparición de un estilo llamado tardío, cuyas formas comienzan a evocar las de la cerámica dinástica. Según Petrie, fue durante la fase Nagada 3 cuando llegó a Egipto una raza nueva asiática, que trajo consigo la semilla de una civilización faraónica.
Las tres fases básicas del final del predinástico nunca han sido puestas en duda en lo básico y en la actualidad siguen siendo un urdiembre sobre la cual se teje la prehistoria de Egipto. Fue Federn quien introdujo un factor que habría ignorado Petrie, la pasta de los recipientes.
En el cementerio existía también una cronología «horizontal». Las Cerámicas rojas de borde superior negro abundaba en la parte sur de la necrópolis, mientras que las formas «tardías» se concentraban en la zona septentrional del mismo. Un análisis realmente detallado de la clasificación, basado aún en el corpus de petrie, permitió a Kaiser corregir y afinar el sistema de fechas secuenciales. De este modo los tres grandes períodos de Petrie quedaron confirmados, pero refinados con el añadido de once subdivisiones o Stufen.
Los necesarios puntos de contacto con una cronología absoluta se hicieron posible en la segunda mitad del siglo XX, gracias a la invención de los sistemas de datación basados en el análisis de fenómenos físicos y químicos. Por lo que respecta al Predinástico egipcio, la termoluminiscencia y el radiocarbono, carbono 14, son los mas importantes de estos métodos científicos. Permitió construir un marco cronológico bastante preciso, en el que las tres fases de petrie encontraron su sitio. La primera fase de Nagada (Amraciense) se sitúo entre 4000 y 3500 antes de cristo, seguida por una segunda fase (Gerzense), que va desde 3500 hasta 3200 antes de Cristo, y para concluir con la fase final del predinástico, situada entre 3200 y 3000 antes de Cristo.
Vamos a hablar de las dos fases primeras Nagada I y Nagada II, período Amraciense y período Gerzense respectivamente…
Nagada I (Amraciense)
Entre Petrie y Quibell descubrieron varios miles de tumbas predinásticas, quince mil para todo el período predinástico. Durante más de un siglo nuestro conocimiento del período se basó casi por completo en restos funerarios. Los restos de tela que se han encontrado sugiere que la vestimenta típica del difunto era una especie de sudario de tela o taparrabos de cuero entretejido con tela. Comparado con el período anterior se aprecia la aparición de enterramientos más grandes, dotados de un sarcófago de madera o arcilla y un ajuar mas generoso, la inclusión de magníficas cabezas de maza probablemente indique que se trata del enterramiento de personajes poderosos. La cultura amraciense se diferencia sobre todo de la badariense en la diversidad del ajuar funerario y los subsiguientes signos de jerarquía.

las diferencias entre la cultura badariense y la amraciense se pueden apreciar sobre todo en los cambios producidos en la cultura material. La cerámica roja de borde superior negro se va volviendo lentamente menos habitual; una tendencia que terminará llevando a su total desaparición a finales del predinástico. El efecto ondulado de la superficie de la cerámica se hizo más raro, al igual que la cerámica pulida negra. Sin embargo, al mismo tiempo , la cerámica roja pulida siguió floreciendo con formas variadas, a menudo con distintos estilos de decoración en la superficie. Los ejemplos mejores decorados presentan esculturas en el borde y dibujos geométricos, animales y vegetales. Se trata de los comienzos de una iconografía que terminara incorporada al núcleo de la civilización faraónica.

La fauna representada en los recipientes es fundamentalmente ribereña, como hipopótamos, cocodrilos, lagartijas y flamencos; pero también escorpiones, gacelas, jirafas y bóvidos. La figura humana si bien en esta época son discretas, ya estaba presente en la versión amraciense del universo. Este tipo de figuras aparecen representadas esquemáticamente, con una pequeña cabeza redonda sobre un torso triangular que termina en unas caderas estrechas con unas piernas delgadas como palos, a menudo sin pies. Los brazos aparecen representados sólo cuando la figura se encuentra realizando una actividad. Las imágenes que incorporan figuras humanas se pueden dividir en dos tipos: la primera, y mas frecuente, es la caza y el segundo el guerrero victorioso.
Las tumbas y ofrendas funerarias en la cultura Nagada I no indican tanto una creciente jerarquización como una tendencia hacia la diversidad social. Parece que, en un principio, las ofrendas de esta fase pretenden señalar solo la identidad del difunto. No será hasta la fase Nagada II cuando se hagan evidentes las grandes acumulaciones de bienes funerarios.
Las estatuillas funerarias son particularmente significativas. Hombres y mujeres aparecen representados de pie, raramente sentados, haciéndose énfasis en sus rasgos sexuales primarios. Sólo unas pocas de los millares de tumbas excavadas contienen estas figurillas, por lo general de forma individual, siendo raro los grupos de dos o tres en una única tumba. Las estatuillas no eran especialmente ricas en otros aspectos y, en ocasiones, estas pequeñas figuras esculpidas son la única ofrenda de la inhumación. será posible que se trate de la tumbas de escultores? cualquiera que sea su significado, la presencia de estos objetos indica mas bien exclusividad y no riqueza expresada mediante una gran cantidad de bienes funerarios.

En Nagada I la cabeza mas o menos esquemática de hombres barbudos parece construir un nuevo tipo de categoría de presentación humana, la cual se desarrollará más en Nagada II. Al contrario que en el acaso de las mujeres los hombres dejan de estar representados sólo por sus rasgos sexuales primarios y pasan a estarlo por un rasgo sexual secundario y la categoría social que éste les confiere. Resulta evidente que la barba era un símbolo de poder y, en forma de «falsa barba» ceremonial, quedó posteriormente reservado en exclusiva a las barbillas de reyes y dioses.
Otro símbolo de poder que caracteriza la fase Nagada I es la cabeza de maza discoidal, que quiere decir que tiene forma de disco, por lo general tallada en una piedra dura, pero en ocasiones en otros materiales mas blandos, como la caliza, la terracota e incluso el barro sin cocer. Fue durante esa fase cuando comenzaron a desarrollarse las técnicas para trabajar tanto las piedras duras como las blandas, incluida el granito, la diorita, la brecha, la caliza y el alabastro egipcio, una destreza que terminará por lograr que la egipcia sea la civilización de la piedra por excelencia.
Las paletas para cosméticos son un objeto selecto en el ajuar funerario del Amraciense, figuran peces, tortugas, hipopótamos, gacelas, elefantes y pájaros. La producción de objetos de hueso y marfil, incluidos sacabocados, agujas, punzones y cucharas amplió y mejoró el repertorio de la cultura badariense.
La imagen obtenida al analizar las tumbas y su contenido es la de una sociedad estructurada y diversificada, con una cierta tendencia hacia una organización jerárquica, en la cual ya se puede ver de forma embrionaria los principales rasgos de una civilización faraónica. Comparados con los importantes restos del mundo de los muertos , los restos conservados de los asentamientos de Nagada I son muy pobres, no solo porque se han conservado muy pocos de ellos, sino también por la naturaleza de las prácticas de uso de la tierra durante el predinástico. Como los edificios que formaban los asentamientos estaban construidos sobre todo mediante una mezcla de barro y materiales orgánicos, como madera, caña y palmera, no se han conservado bien y los arqueólogos tendrían que invertir un esfuerzo considerable para obtener una cantidad mínima de datos.
Entre los animales domésticos presentes en el ajuar funerario figura la cabra, la oveja, los bóvidos y los cerdos, que han sobrevivido en forma de ofrendas de alimento o de pequeñas estatuillas modeladas con arcilla. En cuanto a la fauna salvaje se refiere, parece haber existido muchas gacelas y peces. respecto a las plantas, se cultivaban la cebada y el trigo, así como guisantes, cizaña, el fruto del azufaifo y un posible antepasado de la sandia.
Nagada II (Gerzense)

La fase Nagada II se caracteriza sobre todo por la expansión, pues la cultura gerzense se difundió desde su punto de origen en Nagada hacia el norte y hacia el sur. Tumbas más grandes y elaboradas, con unos ajuares funerarios más ricos y abundantes.
Los cementerios Gerzenses incluyen un amplio repertorio de tipos de tumbas, que van desde las pequeñas tumbas ovaladas o redondas, con pocas ofrendas, hasta enterramientos en recipientes de cerámica. Había ataúdes de madera y barro sin cocer, además de producirse los primeros intentos por envolver los cuerpos en tiras de lino. Por lo general los enterramientos de Nagada II siguen siendo individuales; pero los múltiples, con hasta cinco individuos, se hacen mas abundantes. Los rituales funerarios parecen mas complejos, en algunos casos con desmembramiento del cadáver, una practica no atestiguada en la fase precedente.

Surgieron dos tipos de cerámica: el primero es una Cerámica basta, se encuentra en contextos domésticos; la segunda es una cerámica margosa, fabricada en parte con una arcilla calcárea procedente mas de los wadis del desierto que del valle del Nilo. La cerámica margosa, en ocasiones decorada con dibujos de color ocre sobre fondo crema, reemplaza a la cerámica roja con dibujos blancos en la fase Nagada I.
el motivo predominante en el arte figurativo de esta fase es el barco; no sólo como fuente de peces y aves silvestres, sino también como principal vía de comunicación imprescindible para la expansión tanto hacia el norte como hacia el sur de la cultura Nagada. Gracias al barco se obtenía materias primas como marfil, oro, ébano, incienso y pieles de gato salvaje, del sur, y cobre, aceites, piedras y conchas venidas del norte y del este, destinadas sobre todo a una elite social cuya posición se diferenciaba cada vez más del resto de la población. No obstante resulta evidente que a partir de esta época el Nilo , que fluye de sur a norte, se había transformado también en el río mítico por el que navegaban los primeros dioses. La relación entre el orden humano y el orden cósmico ya se estaba estableciendo.

Durante la fase Nagada II se produjo un considerable desarrollo de las técnicas del trabajo de la piedra. Las paletas para cosméticos reducen su número, evolucionando hacia formas simples rectangulares y romboidales, al mismo tiempo que empiezan a decorarse con relieves, comenzando una práctica que irá evolucionando hacia las paletas decoradas de estilo narrativo de la fase Nagada III.

En la fase Nagada II la cabeza de maza se había transformado misteriosamente en un símbolo de poder y durante la época faraónica fue el arma que blandía el rey victorioso. El trabajo en cobre se intensificó, dejando de estar limitado a pequeños objetos y comenzando a producirse en forma progresiva objetos que reemplazaron a otros de piedra, como hachas, hojas, brazaletes y anillos. La imagen de la sociedad Nagada II que obtenemos es la de una base perfecta para el desarrollo de una clase de artesanos especializados al servicio de la elite. Las consecuencias de ello, son dobles: la primera es que tenía que existir una economía capaz de mantener grupos de artistas no productores, al menos durante una parte del año; la segunda, que hubo centros urbanos que reunían a clientes, talleres, aprendices de artesanos y servicios necesarios para el intercambio comercial. Este proceso de desarrollo cultural estuvo siempre estrechamente ligado al Nilo. Todo el valle del Nilo estaba ocupado por varios poblados, que a menudo conocemos solo por sus cementerios. Tenemos pruebas de la existencia de diferentes clases de cebada, trigo, lino, frutos, como la sandía y los dátiles y verduras. La caza de grandes mamíferos de río y de desierto como el hipopótamo, la gacela, y el león fue poco a poco quedando restringida socialmente, hasta que terminó convertida en una prerrogativa de los grupos de la elite social.
En el alto Egipto surgieron tres grandes centros urbanos: Nagada, la ciudad de oro. Hieracómpolis, mas hacia el sur, y Abydos, donde terminaría estando la necrópolis de los primeros faraones.

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